Uno de los aspectos principales a tener en cuenta para el
éxito empresarial es crear, desarrollar y mantener una identidad empresarial propia,
la cual debe reflejar aquellos valores con los que queremos que se identifiquen
los potenciales empleados, presentes y futuros, así como también la sociedad en
su conjunto.
Considerando lo anterior es importante incorporar personal
que comparta con nosotros los mismos valores, para así adquirir una cultura
empresarial sólida que sea el paradigma que guíe al conjunto de recursos humanos
hacia los objetivos empresariales deseados.
Como es sabido, construir una imagen positiva (que refleje
nuestra identidad) y posicionar bien nuestra “Marca Empresa” lleva tiempo y arduo
trabajo, mientras que hacerla caer es muy fácil, alcanza con que uno de los eslabones
de la cadena de valor empresarial se rompa (por ejemplo atendiendo mal a algún
cliente) para que esto ocurra. Por eso debemos cuidar cada acción que
realizamos. A nivel del employer branding pasa lo mismo, si los clientes
internos y la relación con el entorno no son considerados y cuidados, pronto nos
veremos en el brete de tener que re-posicionar nuestra identidad, con el trabajo y gasto
que esto significa.
Los nuevos procesos internos de inducción y entrenamiento deberán
entonces estar alineados con la identidad empresarial. Los líderes de hoy deberán
asumir y estimular una relación educación/aprendizaje para con el personal que
vaya más allá de la formación (o complemento) de conocimientos requeridos para
realizar una tarea determinada, deberán además educar sobre la importancia de
realizar cada una de sus acciones a partir de ciertos valores.
Las estrategias de employer branding 3.0 deberán
considerar, respetar y comprometerse con esta realidad.